El efecto del ruido en el gabinete dental
La pérdida auditiva inducida por ruido (PAIR), en el entorno laboral, es un problema que afecta a la mayoría de los países desarrollados, y sobre todo a los países en vías de desarrollo. El ruido laboral puede ser el causante del deterioro de la audición, primordialmente por factores intrínsecos a él, como son la intensidad, frecuencia y tiempo de exposición. VER CONCLUSIONES DEL ESTUDIO
Pero los efectos nocivos producidos por la PAIR no sólo tienen consecuencias a nivel auditivo, como puedan ser deterioro de la audición o el tinnitus, por citar unos ejemplos. También dan lugar a otros efectos sistémicos negativos en los trabajadores, tales como irritabilidad, depresión o insomnio. Todas estas consecuencias derivadas de la PAIR están ampliamente respaldadas por una gran variedad de investigaciones y artículos científicos desarrollados en los diferentes sectores del mundo laboral con niveles de ruido considerados como nocivos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) determina la normativa sobre el ruido en ambiente laboral. La OMS advierte que los trabajadores se hallan en riesgo cuando están sometidos a ruidos con unas intensidades > 85 dB (A) en jornadas de 8 horas de trabajo. Por ello, las normativas no solo establecen cuales deben ser los medios de protección físicos adecuados para cada situación, como son protectores auditivos o paneles fonoabsorbentes en el puesto de trabajo, sino que además instauran controles de evaluación y monitorización de la audición de los trabajadores que ocupan sectores o puestos de trabajo que se determinan con niveles de ruido cercanos o superiores a los límites establecidos por la normativa.
Mientras tanto, existen otros sectores productivos donde, aunque existe ruido evidente, éste no es controlado o no existe normativa respecto a la exposición al ruido, ya sea por efecto de la modernización o porque las condiciones de riesgo iniciales de análisis de los mismos se establecen niveles ruido que se determinan por debajo los niveles nocivos. Es el caso de la Odontología.
Mi estudio de <<Pérdida auditiva en odontólogos>>, realizado para la consecución de mi licenciatura de audiología en la ESTES de Coimbra (Portugal), es un trabajo transversal basado en la experiencia de 19 odontólogos, distribuidos por años de experiencia en tres grupos, incluyendo los dos años de pre-clínico, siendo agrupados en 5, 10 y más de 15 años, pero sin sobrepasar nunca los 20 años de actividad. Los límites de acotación para formar parte de la muestra del estudio se establecieron en no tener antecedentes propios ni familiares otológicos, ser menor de 55 años y tener timpanometría tipo A, con presencia de reflejos estapediales tanto ipsilaterales como contralaterales. Las timpanometrías fueron realizadas con el equipamiento Otometrics Otoflex 100. Respecto a elección de las pruebas clínicas más adecuadas para valorar los posibles efectos del ruido en los odontólogos, se precisó de la ayuda de una extensa revisión bibliográfica de pruebas utilizadas en otros estudios previos a lo largo de los últimos 40 años, tanto dentro como fuera del sector dental. Siendo así, las pruebas que basaron la investigación fueron la audiometría tonal simple, y la audiometría de altas frecuencias, llevadas a cabo con audiómetro MADSEN ASTERA; y por otro la realización de otoemisiones por productos de distorsión, realizadas con el equipamiento MADSEN CAPELLA 2.
El trabajo se centró en el uso de la turbina como principal fuente emisora de ruido, no sólo subjetivamente, como evidenció la recogida de datos durante a la anamnesis de los sujetos en el estudio, sino objetivamente también, por lo reflejado en otros trabajos previos sobre el ruido en el gabinete dental. Durante la revisión bibliográfica de los distintos estudios, la turbina no queda exenta de polémica, puesto que los fabricantes de turbinas establecen que el diseño de las mismas ha mejorado en los últimos 40 años dando lugar a niveles sonoros por debajo de los 70 dB (A), es decir, en niveles no nocivos en condiciones iniciales. Sin embargo, en otros estudios encontrados se registró que esas condiciones iniciales se ven modificadas debido al alargamiento excesivo de vida, o al mal mantenimiento, de las turbinas. Entonces, las emisiones de ruido se elevan muy por encima del nivel establecido como no nocivo. Otra condición inicial es la del tiempo de exposición, que la normativa establece en 8 horas. La realidad es que la mayoría de odontólogos debido a su situación laboral como independientes, o su itinerancia en distintas clínicas, llegan a prolongar sus horas de trabajo hasta las 10,5, muy por encima de la normativa, y, aunque no son continuas bajo el ruido de la turbina, sí están expuestos al efecto sumativo de otros elementos, como el aspirador, el contra-ángulo u otros.
Las conclusiones del estudio se relacionaron tanto con investigaciones previas del ruido dentro de la Odontología, como con otras investigaciones en otros sectores más contrastados, como el Industrial. Las conclusiones fueron que existía una alteración auditiva estadísticamente significativa en el lado del oído más expuesto, siendo éste contrario a la mano utilizada con la turbina, en la región de 4 y 6 KHz y en el grupo de más de 15 años de experiencia, que a su vez se vio correlacionado en la estadística con una disminución de la amplitud de los productos de distorsión en la región de 4 KHz del mismo oído. Respecto a las altas frecuencias no se encontraron alteraciones estadísticamente significativas, aunque de forma descriptiva sí se encontró un aumento de los umbrales liminares en el grupo mayor de 15 años en las frecuencias de 12 y 15 KHz.
Por ello, como se ha evidenciado en mi trabajo, la Odontología puede ser un sector que puede deteriorar la audición, por lo que sería recomendable ampliarlo con nuevos estudios, tanto transversales como longitudinales, además de establecer medidas preventivas como son tapones anti-ruido o aumentar las distancias de trabajo con la turbina con el fin de aminorar la intensidad recibida de la fuente emisora de ruido.
Por
Carlos Gejo Limia.
Audiólogo de Optired/Audiored
Valdemoro. Madrid
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