El entrenamiento de neurorrealimentación, clave para el tratamiento del tinnitus
El entrenamiento de neurorrealimenación tendría potencial de reducir la gravedad del tinnitus o incluso eliminarlo. Los datos se han presentado en la Sociedad Radiológica de América del Norte, celebrada recientemente en Chicago (EEUU).
El tinnitus es una afección relativamente común, que afecta, aproximadamente, a un 20% de la población. La frustración, la ansiedad y la angustia son algunas de las consecuencias para quienes lo padecen, por lo que reducir la gravedad del tinnitus o llegar a eliminarlo es considerado una prioridad por los expertos.
Los últimos estudios sugieren que el entrenamiento de neurorretroalimentación podría resultar eficaz para mejorar o eliminar completamente las incómodas sensaciones que provoca esta afección. Teniendo en cuenta que la corteza auditiva primaria está implicada en la angustia relacionada con el tinnitus y que en las personas con esta afección hay una excesiva atención atraída por la corteza auditiva, se podría usar neuroretroalimentación para desviar la atención del tinnitus “y probablemente para hacer que desaparezca”, según señala Matthew S. Sherwood, ingeniero de investigación y profesor adjunto en el Departamento de Ingeniería Biomédica, Industrial y Factores Humanos en la Universidad Estatal de Wright en Fairborn, Ohio (EE.UU.).
Para determinar los resultados, los investigadores hicieron que voluntarios sanos con audición normal fueran sometidos a cinco sesiones de entrenamiento de neurorretroalimentación con fMRI (resonancia magnética funcional). Los participantes en el estudio poseían olivas de inserción para los oídos a través de los cuales se podría introducir ruido blanco durante periodos de tiempo y para bloquear el ruido del escáner.
Para obtener los resultados de la resonancia magnética funcional los investigadores utilizaron imágenes ecográficas de disparo único, una técnica sensible a los niveles de oxígeno en sangre, lo que proporciona una media indirecta de la actividad cerebral. Se comenzó alternando periodos de sonido y sin sonido para crear un mapa del cerebro y hallar las áreas que produjeron mayor actividad con el sonido.
A continuación, los investigadores seleccionaron los vóxeles que se activaron cuando se estaba produciendo el sonido y los participantes entraron en la fase de neurorretroalimentación con fMRI mientras se encontraban dentro del escáner. Recibieron ruido blanco a través de las olivas de inserción para los oídos y pudieron ver la actividad en su corteza auditiva primaria como si se tratara de una barra en una pantalla.
Cada entrenamiento contenía ocho bloques separados en periodos de relajación de 30 segundos seguido de un periodo inferior de 30 segundos y se instruyó a los voluntarios para vigilar la barra durante el periodo de relajación e intentar disminuirla rebajando la actividad de la corteza auditiva primaria en la siguiente fase. Para ello, recibieron instrucciones sobre cómo hacerlo y cómo desviar la atención del sonido a otras sensaciones procedentes de la vista o el tacto.
A nueve participantes se les proporcionó neurorretroalimentación simulada, realizando las mismas tareas que el otro grupo, pero la retroalimentación no provino de ellos, sino de un participante aleatorio. De esta manera los expertos pudieron distinguir el efecto de la neurorretroaliemntación real sobre el control de la corteza auditiva primaria.
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