Uso de las medidas en oído real para la adaptación de audífonos y su verificación.
Para los que hacemos habitualmente medidas en oído real, es difícil imaginar cómo se pueden adaptar audífonos sin ellas.
Medir el REIG (real ear insertion gain) o el REUR (real ear unaided response) aporta al audiólogo protésico información relevante sobre las características físicas del canal auditivo de cada paciente, que repercuten directamente en la curva de respuesta del audífono, una vez colocado en el oído.
Pero también pueden medirse otros parámetros del rendimiento de los audífonos, como el riesgo de oclusión, la efectividad de la aplicación de compresión de frecuencia, etc.
Resulta especialmente importante la posibilidad de compartir los resultados con los pacientes, quienes visualizan en la pantalla los objetivos y las curvas de respuesta. En este sentido las medidas en oído real se convierten en una muy buena herramienta de consejo terapéutico, mediante la cual pueden llegar a comprender las diferencias de respuesta entre audífonos o el logro de los objetivos de amplificación, tarea que auditivamente puede resultar compleja durante la prueba.
Pero más relevante aún es que, sin la información que proporcionan estas pruebas los audiólogos protésicos nos vemos obligados a tomar decisiones basadas en suposiciones o intuición clínica en lugar de datos objetivos. Y como profesionales debemos realizar nuestro trabajo basándonos en evidencias y no en suposiciones.
Las pruebas conductuales de verificación son complementarias y en ningún caso sustituyen a la evaluación objetiva. Resulta poco ético y profesional basar la programación y ajuste de los audífonos sobre la base de impresiones subjetivas del paciente acerca de su sensación de confort en el gabinete o incluso pidiéndole que salga a la calle “para ver como tolera el ruido”. Estas apreciaciones pueden ser fiables si se sustentan sobre unas medidas objetivas, con unas metas definidas para alcanzar. Y si el paciente requiere una programación que se aleja del objetivo debemos tener en mente que en sucesivas revisiones y mediante entrenamiento auditivo deberemos ajustar los parámetros hasta lograr un nivel óptimo de amplificación.
Entre las múltiples denominaciones que reciben estas pruebas se considera más adecuado llamarlas “medidas con micrófono sonda” (probe microphone measures) ya que esta denominación engloba todo los tipos de pruebas en oído real que se pueden realizar para medir el rendimiento de los audífonos. Estas medidas son necesarias para la verificación del método prescriptivo en cada nivel de ganancia y salida y es el procedimiento recomendado por la AAA (American Academy of Audiology) desde hace más de 20 años.
A pesar de la innegable evidencia de las ventajas de su utilización los datos estadísticos resultan sorprendentes ya que en USA sólo el 35% de las adaptaciones se verifican objetivamente asumiendo que el resto viola el código ético.
Las razones que alegan los audiólogos protésicos para no realizar las medidas son múltiples, desde carecer del equipo necesario, no disponer de tiempo suficiente (sin considerar el tiempo que se ahorra en futuras visitas y calibraciones), incompatibilidad con la tecnología digital (desde hace años todos los equipos de medida son compatibles), escasa formación práctica entre los profesionales, considerar que el software de programación del fabricante es suficiente, etc.
La utilización del software del fabricante no es aconsejable ya que si se utiliza su método prescriptivo no disponemos de las “curvas objetivo” en el analizador para ajustar la programación de los audífonos en relación a esos valores.
Estudios realizados comparando los resultados aplicando los métodos prescriptivos validados como Nal2 o DSL v5 o los propuestos por los fabricantes, muestran una ganancia insuficiente y una mayor dificultad para la escucha en ruido cuando se utilizan estos últimos. Estas dificultades mejoran cuando se utiliza el método prescriptivo validado.
Aun así, no es suficiente seleccionar el método prescriptivo validado para lograr una adaptación óptima. El software basa sus valores en el acoplador de 2cc, no en medidas RECD/REUG. Tampoco considera la localización del micrófono, el efecto del venting, etc., y aunque la diferencia sea de pocos dB, estos pueden ser cruciales para el paciente.
Un estudio estadístico sobre encuestas de satisfacción realizadas entre 47000 pacientes correlacionando distintas variables reflejó que el nivel de satisfacción dependía en gran medida del protocolo usado en el proceso de adaptación.
El uso de las medidas con micrófono sonda como método de verificación, además de las pruebas de discriminación de palabras y la validación subjetiva del paciente, dio por resultado pacientes “más satisfechos”. El factor determinante fue la aplicación de pruebas objetivas, demostrando una mejor práctica profesional y una mayor comprensión por parte del paciente de su situación auditiva y de los objetivos de amplificación. Lograr una mayor satisfacción de modo más inmediato favorece el interés por el uso de audífonos evitando la devolución o abandono de la prueba. El uso de pruebas objetivas reduce el número de visitas de los pacientes, que alcanzan el objetivo de amplificación de forma más precisa y rápida.
La confianza del paciente en su audiólogo es fundamental en el proceso de habituación a los audífonos. No se trata de realizar una adaptación para mejorar algún aspecto de la audición del paciente sino de lograr la configuración óptima que restaure sus máximas posibilidades auditivas. Y para ello debemos utilizar los recursos tecnológicos actuales, existentes y necesarios a ese fin.
Referencias:
Mueller, H.G., Ricketts, T., Bentler, R. “Speech Mapping and Probe Microphone Measurements”. Ed, Plural Publishing. 2017.
Mueller, H.G., Ricketts, T., Bentler, R. “Essentials of Modern Hearing Aids”. Plural Publishing. 2018
Lidia Rosselló Martinelli
Directora
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