Otoscan aporta la precisión necesaria para fabricar audífonos invisibles
Hoy, los audífonos son una extensión de los smartphones. Capaces de conectarse con cualquier dispositivo electrónico, y también con móviles y tablets, ya sean Android o Apple, incluso sin dispositivos intermedios, sencillamente son elementos de comunicación que ecualizan el sonido no sólo del entorno, sino también del mundo a través de las telecomunicaciones, de acuerdo con la pérdida auditiva del paciente.
La conexión sin complejos de los hipoacúsicos con el mundo digital es posible gracias a que el interior de la ayuda auditiva alberga un microprocesador tan potente como minúsculo. Emulando el funcionamiento natural del sentido del oído, es capaz de “conectar” al usuario con pérdida auditiva, teniendo en cuenta la nueva acepción que implica el uso del término.
Crear estos audífonos de última generación, y reducir su tamaño hasta hacerlos invisibles, requiere de una precisión absoluta. Sin embargo, una parte del proceso de fabricación tenía más bien tiene que ver con la artesanía que con la tecnología. En un país como España, en el que más del 86% de los hogares cuenta con conexión a internet de banda ancha, la práctica de impresiones del canal del oído del paciente para generar la carcasa de los audífonos se llevaba a cabo mediante una impresión física del oído a partir de un molde de pasta.
Otoscan, de Otometrics, ha cerrado el círculo de la digitalización en el sector de la Audiología. Hasta su lanzamiento, en abril de 2018, había un desequilibrio brutal entre la tecnología que se aplica en la corrección de la pérdida auditiva, y la usada para fabricar su recubrimiento. Otoscan permite al audioprotesista escanear en segundos el interior del canal auditivo y generar una imagen 3D que puede enviar de inmediato por internet.
El método tradicional para extraer los moldes del oído era fiable, pero tenía inconvenientes. El más señalado por los profesionales de la audición es la lentitud del proceso, puesto que depende del transporte convencional y añade días a la finalización de la adaptación. Pero hay más. Era un sistema poco sostenible ecológicamente. Generaba residuos de difícil reciclaje. Por otro lado, los moldes se deformaban con el paso del tiempo, y era necesario repetirlos. Según los audioprotesistas consultados, Otoscan puede llegar a reducir el tiempo real dedicado a generar la imagen del oído hasta en un 5%, y hasta en un 50% el tiempo necesario para la fabricación de un audífono a medida. En 2019, el tiempo es igual a dinero a calidad de vida… o ambas cosas.
Otro de los inconvenientes del método antiguo más referidos por los profesionales del sector es el de la precisión de las impresiones. En este sentido, los moldes de pasta del canal auditivo también eran francamente mejorables. En primer lugar, la toma de impresiones nunca puede ser tan profunda, ni por lo tanto tan precisa y completa, como la que lleva a cabo Otoscan. El motivo es obvio. El material físico puede llegar a afectar al mecanismo del oído interno, “o plantear inconvenientes serios a los conductos operados”, explica Myriam González, audioprotesista de RV Alfa. Otoscan evita esta complicación. Su lectura láser del canal auditivo del paciente no requiere contacto con el oído, facilitando así la adaptación de audífonos invisibles, digitalmente ajustados al interior de ese canal auditivo. Y es que, a la hora de llevar audífonos, para los españoles, la discreción es fundamental. Preferimos que nadie sepa que los llevamos puestos.
La edad media de los pacientes que se adaptan ayuda auditiva, es en la actualidad de 71 años. El inexorable paso del tiempo hace que los tejidos, incluidos los del canal auditivo, se vuelvan laxos. Así, “la presión física de la pasta de moldeo, puede llegar a deformarlos”, explica Emma Pérez, audioprotesista de SALESA. Al igual que en el caso anterior, también por este motivo la precisión del trabajo se resiente. Con Otoscan, no es necesario tocar el tejido. La imagen tridimensional que genera del canal auditivo del paciente es su clon.
Por último, el sistema de escaneo de Otoscan, hace que el audioprotestista pueda incluso “enviar al fabricante una imagen completa y precisa de la anatomía completa del oído, incluido el pabellón auditivo. La calidad de la reproducción beneficia cualquier adaptación y permite contemplar, con antelación, todas las posibilidades de adaptación del caso”, afirma Juan Bedmar, gerente de Lolacústica.
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